Atento

Entrecierras los ojos

mientras me escuchas,

y parece te esforzaras

en concentrar

toda la potencia de tus sentidos

en entender mi mensaje.

Entrecierras los ojos

y yo, al mirarlos,

empiezo a arrepentirme

de lo que mis labios dicen.

Entrecierras los ojos, serio,

muy serio,

aunque, al final, sonríes

aun sin poder evitar

que una atrevida lágrima

se deslice, sigilosa, sobre tu mejilla.

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